Es conocida la especial relación de los videntes y tarotistas gallegos con el mundo sobrenatural así como de su natural facilidad para desarrollar sus capacidades espirituales y extrasensoriales. Esto se debe a que el pueblo gallego ha mantenido viva la magia generación tras generación desde tiempos inmemoriales, que no ha dejado que las huellas de la tradición celta. De ellos recibieron los secretos de la magia, de la naturaleza y las plantas mágicas.
Los videntes gallegos son herederos directos de los druidas y las meigas. Para los que no los conozcáis los druidas son los primeros sabios místicos de la mitología gallega, que guiaban a su pueblo en los tiempos en que los celtas ocupaban el territorio. Los druidas vivían en comunión con la naturaleza, realizaban medicinas con plantas naturales y se reunían en lugares sagrados para canalizar la energía telúrica de la naturaleza. Sus habilidades mágicas eran muy valoradas por su pueblo, podían atravesar regiones de diferentes clanes sin temer daño alguno.
Las meigas serían sus descendientes o aprendices, personas que o bien nacían con una sensibilidad a la magia o que eran instruidas por conocedoras de los misterios del mundo mágico y sobrenatural. Eran las más sabias y las mejores curanderas de su tiempo, incluso hoy quedan algunas que ofrecen remedios naturales o caseros tremendamente eficaces. Sirviéndose de elementos naturales, especialmente de los 4 principales: el Fuego, el Agua, el Aire y la Tierra podían realizar conjuros, rituales y amuletos. Un ejemplo de la pervivencia de la tradición celta es la tradicional queimada gallega que sigue realizándose diariamente en fiestas y reuniones gallegas. La propia queimada pretende reunir a tres de los cuatro elementos naturales básicos, y todos están representados en ella menos el Aire, quizás por estar siempre presente por sí solo.
Por su fuerte herencia mística se considera que de las tierras gallegas salen los mejores videntes, o al menos en mayor cantidad. Estos videntes toman enseñanzas de las meigas, como las cartuxeiras que leían las cartas con asombrosa precisión o como las vedoiras que poseían poderes adivinatorios.
¿Por qué elegir a un vidente o tarotista gallego?
El tarot gallego es una forma de adivinación única que consigue interiorizar en los sentimientos de las personas y descubrir el pasado, el presente y el futuro, al estilo de las cartuxeiras de toda la vida. Además este tarot se caracteriza por combinar los conocimientos celtas con la evolución cultural gallega.
Son quienes curan con elementos de la naturaleza y se sirven de ellos para sus conjuros de protección. También dominan las runas y símbolos celtas, los conjuros y hechizos gallegos y la astrología. Crecen rodeados de misterio en un ambiente natural en contacto constante con los animales y las plantas, que les han ayudado durante siglos a mejorar la salud de muchas personas.
Galicia tierra de videntes y adivinas
Si existe una tierra ligada a lo mágico y sobrenatural, esa es Galicia tierra de meigas, donde es conocida la expresión “Eu no creo nas meigas, mais habeilas hainas” que viene a significar: yo no creo en las meigas, pero haberlas las hay.
No sólo la herencia celta de los videntes es significativa en el desarrollo de estas habilidades, el propio territorio gallego es un área de particular conexión con la naturaleza. Posee una riqueza mitológica como ninguna otra región de España, y es que no existe rincón en Galicia en el que no sean conocidas las historias de meigas y brujas, de criaturas mitológicas y de diversos sucesos paranormales que permanecen vivos hoy en día.
Pero las habilidades de los videntes gallegos no proceden únicamente de la naturaleza o la magia, también son personas que han heredado una especial conexión con el Alen (el más allá) que también tiene su propia tradición en Galicia. Por este motivo de Galicia salen también los mejores médiums, capaces de contactar con los espíritus de los fallecidos y también de la naturaleza y de los vivos. Un claro ejemplo de esta tradición es la creencia popular que sigue vigente actualmente, de la Santa Compaña o de la Procesión de Sanx.
Sus dones adivinatorios proceden de los conocimientos legados por la cultura celta, que sabía cómo hallar las respuestas necesarias en las estrellas, las runas, las piedras y los símbolos. Y las últimas herederas de los druidas celtas son las videntes gallegas, que atesoran desde su nacimiento la capacidad de desentrañar los hilos del destino a través de los elementos naturales. Por este motivo consultar a una vidente gallega es conectar con la naturaleza, pues de ella obtienen su conocimiento y poder.
Durante siglos, cuando el catolicismo se extendió en su forma más radical a lo largo de Galicia muchas de estas mujeres fueron acusadas de malas artes. Es lógico pensar que no todas las brujas pueden ser buenas, simplemente por la estadística intrínseca en su naturaleza humana. Pero lo que no podemos aceptar de ninguna manera es que todas esas pobres mujeres desterradas, ajusticiadas o acusadas de brujería fueran adoradoras del demonio. Hubo multitud de casos de antiguas curanderas y consejeras que por acusaciones interesadas terminaron siendo repudiadas por todos aquellos a quienes había ayudado. Y también se dio el caso de mujeres que maldecían a diestro y siniestro, atemorizando a los vecinos y sirviéndose de su miedo para sus propios fines. Afortunadamente éstas últimas fueron las menos habituales y desgraciadamente se persiguió y torturó a muchas mujeres inocentes.
Si bien es cierto que Galicia fue la región menos castigada por la Inquisición y la Iglesia Católica en cuanto a la caza de brujas se refiere, precisamente por la fuerza de las creencias místicas y sobrenaturales que imperaban en la región. Gracias a ello se ha conservado el conocimiento y la sabiduría legada por los celtas, aderezada por diferentes relatos y leyendas que han servido para mantener vivas incluso en pleno siglo XXI las tradiciones y creencias de antaño.
Así, gracias a esta herencia cultural al propio legado del territorio gallego, los videntes gallegos son los que más aciertos y resultados obtienen.
Historias de meigas gallegas
La meiga de Narón. Según la historia en la mañana posterior a la noche de San Juan, con los primeros rayos de sol se pueden encontrar en la Pena Molexa a una bella dona que peina su hermoso cabello con un peine de oro sentada sobre un enorme tesoro. La dama preguntará al caminante desea escoger una de las joyas, si elige una de las pertenecientes al tesoro en lugar de a la joven, podrá llevársela pero se convertirá en carbón tan pronto como se aleje de ella. Si por el contrario decide elegir a la dona, esta quedara liberada y se casará con el susodicho, que recibirá además todo el tesoro que ella guardaba. Pero la moura de Narón sigue esperando año tras año a ese futuro amor que nunca llega.
Entre las parroquias de Outeiro do Rei y Castro do Rei, se esconden las llamas “Penas das rodas” (piedras de los círculos) que según la leyenda este monumento megalítico fue hechizado por magos y meigas. Se trata de dos gigantescas esferas de piedra que apoyan todo su peso en una base minúscula, colocadas así por arte de magia para celebrar el culto al sol y aprovechar su energía. Las meigas introdujeron en cada piedra una fuerza mágica, que toma el poder del sol al atravesar sus rayos el pequeño hueco que queda entre ellas.
Las 3 brujas.
Según la leyenda, en una aldea de Vigo vivía una familia noble, que sin saberlo contaba con una meiga como ama de casa. Esta maga se enfureció cuando a sus tareas se añadió el cuidado constante de las tres niñas de la casa y como venganza decidió iniciarlas en la brujería. Lo que empezó como un juego, terminó convirtiendo a las niñas en seres egoístas y caprichosos, que hacían desaparecer a todo aquel que las contrariaba y se servían de la magia sólo en beneficio propio. Cuando sus padres lo descubrieron decidieron acabar con sus vidas, destrozados y aterrorizados por el mal que estaban causando. Pero las pequeñas leyeron su pensamiento y los convirtieron en sapos. Los encerraron en una jaula en su castillo y denunciaron a su maestra, que fue ajusticiada por el asesinato de los nobles mientras las pequeñas se convertían en reinas y señoras de la comarca.
La princesa Meiga.
Según la cultura gallega en un antiguo y pequeño reino oculto entre sus cordilleras, vivía una hermosa princesa que a la tierna edad de 15 años conoció a una Meiga mientras paseaba por el bosque. Ella siempre se había sentido fuera de lugar en la corte, odiaba estar encerrada entre cuatro paredes y en cambio adoraba la sensación de libertad y vitalidad que le proporcionaba correr descalza sobre la hierba, nadar desnuda en el río o tumbarse a contemplar las estrellas. La maga le descubrió las maravillas del mundo natural y mágico que rodeaba su castillo, tan cerca y a la vez tan lejos… la princesa se enamoró de esa nueva realidad y preguntó a la bruja si ella podría convertirse también en una poderosa hechicera. La meiga, una anciana afable y de rostro dulce, le dijo: “Tú, al igual que todos los humanos, has nacido con la capacidad de controlar la magia pero esta facultad se puede perder si se deja morir la magia que hay dentro de cada uno. Eres joven y aún se mantiene encendida la llama en ti.”. Ante estas palabras, la princesa, emocionada, resolvió abandonar su castillo para irse a recorrer el mundo con la hechicera, aprendiendo sus secretos y conjuros. No regresó a su hogar hasta años después, cuando ya era una mujer de cierta edad a la que tomaron por la bruja que había raptado a la princesa y la quemaron.
El meigo del Valle de Tena:
Según las crónicas de varios inquisidores, teólogos e historiadores del momento, en torno al 1640, se produjo una posesión demoníaca que afectó a 72 mujeres. El acusado fue un campesino llamado Pedro de Arruebo, un hombre culto, que leía libros prohibidos y un mujeriego que seducía a toda mujer que se le acercara. Estos motivos unidos a su carácter violento llevaron a que se le juzgara en nada menos que tres procesos por endemoniar a más de 1.5000 personas. Fue condenado por un juzgado civil pero escapó misteriosamente y continúo embrujando a los habitantes del pueblo. Todo el que tocaba quedaba endemoniado, quienes habían mantenido relaciones sexuales con él enfermaban rápidamente y aquellos que lo desairaban caían en desgracia. Todo el pueblo estaba atemorizado, incluso mandaron traer a un exorcista de la inquisición que cuenta en sus crónicas que cuando practicó el exorcismo en la Iglesia de la Parroquia más de 200 mujeres se elevaron girando sobre sí mismas. Pero sólo funcionó con la mitad de las participantes. Los vecinos terminaron por abandonar el valle con la esperanza de escapar de la nefasta influencia de Pedro Arruebo.
La maldición de Abuín.
En la recóndita parroquia de Leiro, las cinco casas que componen la pequeña aldea de Abuín, permanecen abandonadas desde hace más de cuatrocientos años. Las gentes de este pueblo salieron huyendo cuando empezaron a sucederse misteriosas muertes entre sus habitantes, empezando por el sacerdote del pueblo. Asustados por estar siendo objeto de un maleficio, los supervivientes decidieron abandonar el pueblo. Aunque hay distintas versiones sobre la causa que propició el meigallo (maldición de las meigas) la mayoría relacionan el hecho de un modo u otro con el saqueo del monasterio del Armenteira y los tesoros ocultos en la zona. En unas versiones se relaciona con la codicia de alguna malvada meiga que expulsó a los vecinos para quedarse con sus tierras mientras que en otras se cuenta que fueron los propios vecinos quienes saquearon el tesoro del monasterio o antiguos tesoros enterrados y cayeron presa de una maldición por ellos. En cualquier caso resulta sobrecogedor pensar en lo aterrorizados que debían estar los habitantes de esta aldea para dejar sus casas y todo lo que conocían y simplemente huir.
15 leyendas gallegas famosas
La Santa Compaña.
La leyenda gallega más extendida, también conocida como “Procesión de las Ánimas”. Esta leyenda afirma que una procesión de almas en pena caminan descalzas por las noches y visitan a aquellos que van a morir próximamente o aparecen encabezadas por esa persona. Para protegerse de su funesta influencia es necesario realizar un círculo en el suelo y rezar, o finalizar el camino en un cruceiro.
Procesión de Sanx.
Leyenda similar a la Santa Compaña pero en la que los caminantes son los fantasmas o espíritus de los vivos cuya muerte se avecina. Estos caminantes portan un ataúd (cadaleito). Las almas de los que caminan más cerca de él son de aquellos que están más próximos a morir, y los que más alejados caminan pueden tardar hasta 5 años en morir.
La doncella cierva: Aldara.
Según esta conocida leyenda, precursora de la “Corza Blanca” de Béquer, Aldara era una bella doncella albina, hija de un caballero lucense, que tenía otro hijo, Eras. Poco antes de casarse, Aldara desaparece y tras semanas de búsqueda infructuosa la dan por muerta. Años después, Eras volvía de una jornada de caza cuando se topa con una hermosa cierva blanca y la dispara. Al no poder cargar con la pieza guarda una pata en su bolsa y vuelve al castillo. Cuando muestra el contenido de la bolsa a su padre, descubren con horror que se trata de la mano de Aldara, pues porta el anillo de la joven.
Los restos del Apostol Santiago.
Cuenta la leyenda que los restos perdidos del Apóstol Santiago, que se extraviaron durante su llegada a Galicia, fueron descubiertos, siglos después, en el siglo IX. Un ermitaño salió a dar un paseo y vio algo que brillaba en el suelo y cuando lo desenterró encontró los relucientes huesos del apóstol Santiago. Se bautizó dicha zona como Campo de la Estrella, precedente de la conocida Compostela que daría nombre a la Catedral donde dichos restos fueron enterrados.
Las vieiras de Santiago.
Cuando los restos del Apóstol Santiago eran transportados en una barca de piedras, llegaron a las costas de Galicia donde se estaba celebrando la boda del hijo del señor feudal. El novio estaba bafordando (galopar mientras se arroja la lanza y se recoge antes de caer al suelo) y su caballo galopó hacia el mar y se sumergió con su jinete. Al arribar la barca a tierra, caballo y caballero emergieron cubiertos de vieiras.
Torre de Hercules.
Hay varios mitos sobre su origen, aunque la más conocida habla de como Hércules derroto al gigante Gerión que moraba en las tierras de Brigantium (actual la Coruña) y tenía esclavizados a sus habitantes. Lo enterró y sobre su tumba levantaría un túmulo coronado por una antorcha. Al lado de dichas tierras fundó una ciudad y ordenó que las nombraran como la primera persona que llegara a ellas. Fue una mujer llamada Cruña, que bautizaría la ciudad como Coruña.
La Reina Loba y los vecinos de Figueros.
Cuenta la leyenda que la Reina Loba era temida en toda la comarca de Cebreiro y exigía tributos a los lugareños. Los habitantes de Figueirós se negaron categóricamente y antes de que ésta pudiera atacarlos, emprendieron una ofensiva contra su castillo. Vencieron, la Loba se suicidó y su hazaña fue recordada con canciones y romances.
A costa da Morte.
La leyenda de la Costa de la Muerte, se ubica en las tierras de Finisterre, al final del Camino de las Estrellas, el camino druida que daría lugar a la ramificación del actual Camino de Santiago. Se creía que este punto marcaba el Fin del Mundo, que en sus aguas se hallaba la frontera con la Muerte. Esta leyenda se veía reforzada por la innumerable cantidad de naufragios y fallecimientos que tenían lugar en esta costa.
La cueva del Rey Cintolo.
El mito cuenta que en esta cueva del valle de Brea está sepultado el antiguo castillo del Rei Cintolo. Un hechicero de la región enamorado de su hija habría entrado en cólera al enterarse de que la princesa pensaba casarse con otro hombre. Hechizó el castillo y lo sepultó en las profundidades de la tierra, donde la princesa sigue esperando a su amado para que la devuelva a la vida.
Las ciudades sumergidas.
En Galicia es habitual relacionar los lagos y lagunas con antiguos pueblos malditos, que por desoír o maltratar a miembros de la Sagrada Familia fueron maldecidos con una súbita inundación que acabó con todos sus habitantes. Es el caso de Cospeito o la laguna de Antela.
Meigas o meigos
Aunque por lo general se asocia con mujeres, también hay relatos de hombres brujos. Las meigas eran mujeres con atributos mágicos que según la historia los empleaban para hacer el bien, como curanderas y protectoras de los habitantes del pueblo, o los obtenían de pactos con el diablo, que las transformaban en seres malvados que aterrorizaban y sometían a los pueblerinos.
Diaño o Diante
Es un duende del folklore gallego que se divierte haciendo travesuras y maldades a todo aquel con él que se cruce. Suele aparecer pidiendo ayuda, con diferentes formas.
Mouros
Seres de naturaleza feérica que viven en los castros gallos y guardan tesoros escondidos y conseguirlos se debe superar alguna prueba de valor o bondad que los mouros propondrán.
Urcos
Se trata de un animal mitológico similar al lobo huargo, que adopta la forma de perro salvaje o lobo negro de tamaño descomunal, llegándose a comparar en tamaño con un oso en algunas leyendas. Ver un Urco es una señal de mala fortuna.
Olaia y la sal del mar.
Esta leyenda etiológica pretende explicar la salinidad del mar. Cuenta que un mercader descubrió una isla hecha de sal pero durante sus viajes, su amada Olaia fue raptada y para rescatarla resolvió comerciar hasta reunir un ejército capaz de tal empresa. Sin embargo, al retornar a sus tierras descubrió con sorpresa que su amada había sido rescatada por el mar. El mercader agradecido le regaló al mar la isla de sal.
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¿Por qué elegir a un vidente gallego? Tarot y videncia sin fallos en Galicia
Las videntes gallegas son consideradas las meigas modernas, descendientes de los celtas y conocedoras de los secretos ocultos en la naturaleza y la magia del mundo. Suele decirse que estas videntes tienen una inclinación especial hacia el mundo sobrenatural, que les resulta más sencillo desarrollar sus dones, pues la cultura gallega siempre ha estado rodeada de magia. Son por tanto más sensibles a los mensajes y misterios de otros mundos y del nuestro, más eficaces y certeras.
De los celtas reciben un legado rico en mitos y leyendas de toda clase, pero siempre ligadas a la naturaleza, a los bosques, a los animales, al mar o a la tierra. Según la leyenda celta gran parte del conocimiento heredado por la cultura gallega es un regalo del Dios Lugh, que concedió a los celtas la sabiduría, los rituales y los remedios para cualquier situación. Gracias a él conocían las propiedades de las plantas, los secretos de la astrología y la adivinación. Lo que es indudable es que el pueblo celta tenía una estrecha relación con la naturaleza y tenían conocimientos avanzados en medicina y remedios naturales, así como un rico panorama mitológico. Y todo ello fue legado al ideario gallego.
¿Qué diferencia a los auténticos videntes gallegos? Siempre aciertan.
Es posible que debido a este sustrato cultural haya resultado más fácil para los videntes nacidos en este territorio aceptar y desarrollar sus dones, pues no resultaría nada descabellado para ellos creer en aquello de lo que todo el mundo habla. En Galicia es habitual escuchar historias de seres míticos, meigas y ánimas que interactúan con las personas de infinitas maneras. Los gallegos mantienen vivas sus antiguas leyendas, pero con ellas también perduran los conocimientos, rituales, costumbres y remedios naturales. Por este motivo un auténtico vidente gallego, descendiente de las meigas (buenas o malas) y de los druidas, una garantía adicional otorgada por su propia tierra.
Ahora bien, esto no quiere decir que por ser gallego debas ser vidente, ni mucho menos que no puedas ser gallego y estafador. Hay que tener mucho cuidado a la hora de elegir un vidente de confianza en el que depositar nuestros miedos y esperanzas pues los hay que pretenden convertir a sus consultantes en personas dependientes que engorden regularmente su bolsillo. El tarot puede convertirse en una adicción si no se practica correctamente, pues proporciona respuestas a las preguntas que nos hacen dudar y nos genera una sensación de falsa seguridad, de la que carecemos en momentos de debilidad.
Por ello en nuestra página controlamos estrictamente el servicio de nuestras tarotistas, verificamos su autenticidad aunque las que pasan las pruebas se convierten en personas apreciadas en nuestra comunidad. Por este motivo podemos asegurar un servicio de calidad.
Nuestras tarotistas gallegas dominan diferentes artes procedentes de variadas tradiciones naturalistas que utilizan sus dones y conocimientos exclusivamente para ayudar a los demás, no para hacer el daño a terceros sino para guiar en el crecimiento personal. Sus habilidades extrasensoriales son cualidades de nacimiento que han decidido poner al servicio de los demás.
El Tarot gallego, terapéutico y adivinación
Son videntes honestas y eficaces que ofrecen una amplia variedad de servicios profesionales como el Tarot terapéutico y adivinatorio, las Runas y el Péndulo, la Quiromancia o la Astrología. Todo ello orientado al desarrollo y conocimiento personal. Son las mejores consejeras y guías espirituales, pues no hay vidente con mayor predisposición que ellas que en su propia tradición encuentran a sus maestras, como son las antiguas cartuxeiras o las verdoiras.
Entre nuestras videntes gallegas destaca Alba, La Gallega que se ha convertido en una de las mejores videntes del país. Es Medium, Vidente y Psíquica de nacimiento, Su ayuda es psicológica y espiritual, se basa en certezas tanto sobre la situación presente, como de sus causas pasadas, el camino que estás tomando y el que deberías tomar. Sus consultas son una herramienta para que tomes el control de tu vida, de tus sentimientos y de tu felicidad. Para todo ello se sirve de su intuición, de sus mancias como el Tarot o las Runas Celtas y de sus amplios conocimientos en diversas ciencias ocultas y medicina tradicional. Alba es una experta en la interpretación de sueños y la canalización de energías, que realiza limpiezas de aura, terapias espirituales, conjuros simpáticos y remedios naturales.
Testimonios reales sobre vidente Ana la Gallega
“Alba es una vidente única, que combina diferentes técnicas de la cultura celta y la oriental para ofrecer un servicio psicológico y terapéutico completo. Yo estaba muy perdida y gracias a ella ahora siento que realmente me conozco y sé que tengo que potenciar en mi para que se cumpla lo que yo quiero.” María Delgado.
“Con Alba realmente tienes la sensación de que te conoce de toda la vida y puedo decir por experiencia que pretende ayudar y no es ninguna sacacuartos. Me siento mucho mejor tras cada consulta, sus consejos siempre me son útiles y nunca ha fallado ninguna predicción. Mi vidente favorita sin duda alguna que me ha ayudado a superar mi divorcio y volver a sentirme bien con mi soledad y el resto de personas y actividades que enriquecen mi vida” Roberto Sanchez
Teléfono de las mejores videntes gallegos y tarotistas gallegas. Tarot 806
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Bruxas gallegas, hechizos y conjuros
Como ya hemos referido en otros post, las meigas o brujas son criaturas mágicas de naturaleza dual para los gallegos. Por un lado, son rechazadas por considerarse adoradoras del diablo, símbolo de pecado y de la maldad del mundo. Pero por otra parte, a menudo son consultadas por sus habilidades curativas o sus dones mágicos para sanar y predecir el futuro.
En ocasiones se establece una diferencia conceptual entre las palabras meiga o bruja y nosotros tomaremos el concepto de bruja como la malvada hechicera que pacta con el diablo y el de meiga como la mujer sabia y curandera natural con poderes mágicos.
Rituales y maleficios de magia negra
Si entendemos a las brujas como adoradoras del diablo que obtienen sus poderes de sus pactos con él debemos empezar por comprender que implicaban estos pactos y lo que representaban. Los pactos satánicos siempre pasan por ofrecer la propia alma al diablo o otras almas en su defecto. De hecho, todavía hoy existen grupos de personas que celebran rituales de magia negra en busca de este tipo de poder.
Las brujas gallegas se servían del caldero para realizar venenos, filtros, conjuros y pociones. En este recipiente introducían los más variados y repugnantes componentes para atraer a las fuerzas oscuras y a los demonios.
Así el eje central de cualquier hechizo de magia negra será la invocación de Satán o algún demonio de rango inferior. Obtienen el conocimiento de estas artes, de los propios demonios y de las formas de invocarlos de textos antiguos, como los grimorios. De hecho en el libro conocido como “El Gran Grimorio” se realiza una detalla descripción de la forma de contactar y pactar con Lucifer. Por extraño que pueda parecer, estas fórmulas, conjuros y rituales han sido utilizados y considerados efectivos por generaciones de brujos y hechiceras, que todavía hoy se sirven de ellos. Estos rituales suelen implicar sacrificios de animales y, en ocasiones, sacrificios humanos, pues el diablo nunca regala nada.
En España hay grupos satánicos que toman los textos de la Biblia Satánica y los Rituales Satanicos de Anton Lavey como instrucciones que seguir para realizar invocaciones, conjuros y ritos de esta naturaleza. Toda una institución alternativa, que cuenta con su propio clero sacerdotal satánico y las brujas negras han sido siempre sus mayores seguidoras.
Estas mujeres y sectas satanicas se sirven de sus poderes y sus conocimientos para conseguir sus fines, sin importar si dañan a los demás y a menudo disfrutando de dicha situación. ¿El motivo? Sus almas están siendo corrompidas lentamente por su conexión con el demonio, que va tomando poder sobre ellas sin que sean conscientes. Gracias a los poderes y conocimientos que este proporciona pueden alcanzarse todos los deseos que se pretendan, pero tras un periodo de tiempo el alma debe irse con su dueño. Es difícil incluso robarle unos años al demonio, pues está impaciente por jugar con sus nuevas mascotas y para ganarse su favor hay que ser una criatura perversa, un ayudante en su afán de causar caos y dolor.
Las brujas que han pactado con el diablo envejecen con rapidez, en ocasiones son reflejo de la podredumbre de su alma, aunque pueden emplear su poder para parecer bellas jovencitas y seducir a los hombres o ancianas agradables que engatusan a los niños para comérselos.
En muchos casos quienes contactan con el diablo lo hacen para alcanzar deseos imposibles como la inmortalidad o la juventud eterna, el diablo puede concederles dichas habilidades pero será a cambio de un alto precio. Este es el caso de las brujas chuchonas (chupadoras de sangre que necesitan robar la energía vital a otras personas para sobrevivir, y prefieren a los niños pequeños pues según las versiones les ayudan a rejuvenecer.
Aquelarres de brujas
Se consideraba que cada cierto tiempo las brujas se reunían en lugares místicos para realizar reuniones, en ocasiones era con fines bienintencionados y en otras se trata de encuentros nocturnos con el Diablo y otras brujas. Es lo que se conoce como Aquelarre o Sabbat.
Algunas brujas vivían a grandes distancias de dichas reuniones por lo que se ha especulado a menudo por su capacidad de volar para asistir a tales citas. En estas reuniones entendidas como encuentros satánicos, se consideraba que se producían orgías sexuales en las que participaban demonios con diferentes formas, ya fuera de animales o como íncubos y súcubos. Es tradicional relacionar los aquelarres con la zoofilia y especialmente representar al diablo con forma de macho cabrío o semi-hombre. En ellos se recitaría el credo a la inversa y se tomaría una hostia negra, todo en un ambiente de oscuridad y perversión que incluía ser marcadas por el demonio como sus seguidoras por medio de diferentes métodos.
Hechizo gallego para atraer mala suerte a un enemigo
Se debe realizar el conjuro en una noche sin luna, cuando sea su cara oscura la que nos está apuntando. Encendemos tres velas negras, situadas de tal forma que formen un triángulo isósceles, y en el vértice superior colocaremos un papel con el nombre de la persona a la que deseamos conjurar, atado a la vela con hilo rojo. Sobre las otras dos velas espolvorearemos sal y pimienta, sal en la de la derecha y pimienta en la de la izquierda. Después, dejaremos caer la cera de ambas velas sobre la que lleva atado el papel, por el lado en el que este se encuentre dejando que se derramen sobre él.
El Conjuro de la Queimada, Conxuro da queimada galega
Es un conjuro de protección que sirve para anular maleficios de pequeño nivel (como el anterior). Si bien meigas y brujas se servían de la naturaleza y los elementos naturales sus métodos y finalidades eran completamente opuestos. A menudo la labor de las meigas consistía en romper maleficios de brujas demoníacas y salvar a los pueblerinos de determinadas maldiciones. Con esta intención regalaron las meigas el conjuro de la Queimada a los habitantes de las tierras gallegas, para que pudieran repetirlo y protegerse de las malas energías.
Meigas gallegas, hechizos y conjuros
¿Qué son las meigas? ¿En qué se diferencian de las brujas?
Las meigas (magas) gallegas son personas con poderes extraordinarios o mágicos que según su naturaleza lo habrá obtenido de los espíritus de la naturaleza o de sus pactos con el diablo.
En estos textos tomaremos a las meigas por las hechiceras benévolas descendientes de los druidas, y a las brujas como las malvadas concubinas del demonio. Esta distinción la establecemos únicamente por motivos de practicidad no debiendo considerarse como una afirmación general ni absoluta.
Meigas y brujas se sirven del caldero para realizar sus conjuros y encantamientos, pues este recipiente tenía la cualidad de almacenar en su interior la magia y contenerla para dar fuerza a las peticiones de la hechicera. Las meigas poseían un extenso conocimiento de las propiedades mágicas y curativas de las plantas y en sus calderos realizaban brebajes, ungüentos mágicos, pociones de amor y buena suerte…
Las brujas por su parte utilizarían plantas y sacrificios de animales, como son los típicos sapos y culebras, pero también insectos y alimañas para potenciar la maldad de sus pócimas, venenos y conjuros.
Conjuros y hechizos gallegos realizados por las meigas
Los hechizos, conjuros y rituales legados por las meigas tenían en su mayoría la intención de proteger o curar, pero también abundan los relacionados con el amor y la prosperidad.
Uno de los hechizos más extendido en la tradición gallega es el conjuro de la queimada, un ritual antiguo de origen celta que se sirve de tres elementos naturales para obtener sus poderes de protección: el fuego representado las llamas que rodean el recipiente, el agua que encuentra su representante en el aguardiente y la tierra en la arcilla de la que está compuesto el recipiente.
El conxuro de la Queimada se realiza para atraer la buena suerte y la protección a quienes la realizan. Es un regalo de las hechiceras buenas contra las brujas malvadas, pues aleja a éstas últimas, a cualquier conjuro realizado contra el participante y a los espíritus de dudosa intención.
Para realizarla debe utilizarse un recipiente de barro cocido o arcilla, que se llena más o menos hasta la mitad con el aguardiente de orujo (según la cantidad de participantes) y se añade azúcar y ralladuras de limón. Cuando han pasado unos minutos se toma una cucharada del contenido y se le prende fuego, devolviéndola al recipiente para que las llamas se extiendan a todo el aguardiente.
Es en este momento cuando debe recitarse el conjuro de la queimada, hasta que las llamas se vuelvan azuladas. Todos los que vayan a consumir la queimada deben estar presentes en la elaboración y la oración, y el brebaje debe ser repartida por el orador.
El conjuro es el siguiente:
Búhos, lechuzas, sapos y brujas;
Demonios, duendes y diablos;
espíritus de las vegas llenas de niebla,
cuervos, salamandras y hechiceras;
rabo erguido de gato negro
y todos los hechizos de las curanderas…
Podridos leños agujereados,
hogar de gusanos y alimañas,
fuego de la Santa Compaña,
mal de ojo, negros maleficios;
hedor de los muertos, truenos y rayos;
hocico de sátiro y pata de conejo;
ladrar de zorro, rabo de marta,
aullido de perro, pregonero de la muerte…
Pecadora lengua de mala mujer
casada con un hombre viejo;
Averno de Satán y Belcebú,
fuego de cadáveres ardientes,
fuegos fatuos de la noche de San Silvestre,
cuerpos mutilados de los indecentes,
y pedos de los infernales culos…
Rugir del mar embravecido,
presagio de naufragios,
vientre estéril de mujer soltera,
maullar de gatos en busca gatas en celo,
melena sucia de cabra mal parida
y cuernos retorcidos de castrón…
Con este cazo elevaré las llamas de este fuego
similar al del Infierno
y las brujas quedarán purificadas
de todas sus maldades.
Algunas huirán
a caballo de sus escobas
para irse a sumergir
en el mar de Finisterre.
¡Escuchad! ¡Escuchad estos rugidos…!
Son las brujas que se están purificando
en estas llamas espirituales…
Y cuando este delicioso brebaje
baje por nuestras gargantas,
también todos nosotros quedaremos libres
de los males de nuestra alma
y de todo maleficio.
¡Fuerzas del aire, tierra, mar y fuego!
a vosotros hago esta llamada:
si es verdad que tenéis más poder
que los humanos,
limpiad de maldades nuestra tierra
y hacer que aquí y ahora
los espíritus de los amigos ausentes
compartan con nosotros esta queimada.
El conjuro de amor de Helecho.
En este conjuro se invoca a la Diosa del amor (Deva) para que cumpla peticiones de amor o en general para que atraiga este sentimiento o a nuestra pareja ideal a nuestra vida. Puede realizarse prendiendo tres velas de hierbabuena alrededor de una planta viva de helecho en una noche de luna Menguante o quemando las hojas marchitas en las noches de luna creciente. En ambos casos antes de que se consuman debemos haber completado la invocación, la petición y el agradecimiento.
Amarre de amor gallego.
Se deben enlazar los dos cabellos, el de la persona que se desea enamorar y el del solicitante. Después se envuelven en un trozo de tela blanca que debe ser rodeada con un hilo verde y colocarse debajo de la almohada durante 7 noches seguidas, dejándolo recargar energías en un lugar oculto y personal. La octava noche debe coincidir con la luna creciente.
El hechizo sanador de la Rosa.
Consiste simplemente en tomar una rama de olivo y otra de palma, introducirlas en un recipiente de barro cocido o arcilla y quemarlas. El enfermo debe respirar el humo y repetir este ritual antes de irse a dormir durante 7 noches consecutivas.
Conjuro de la manzana para alcanzar el equilibrio.
Debe partirse una manzana transversalmente por el medio, obteniendo dos pentagramas simétricos que deben recortarse para ser ingeridos al mismo tiempo.
Cabe señalar que los hechizos de las meigas no pueden romper deliberadamente con el libre albedrío, se basan en el orden natural y la energía universal que se rigen por el principio del equilibrio. Estos conjuros potencian sentimientos o resultados que deben tener una base que reforzar.
Que es una meiga o meigo
¿Quién no ha escuchado hablar alguna vez de las meigas gallegas? Se trata de una de las creencias más extendidas y popularizadas de Galicia, donde es típica la frase: “Eu no creo nas meigas, mais habeilas hainas” (yo no creo en las meigas, pero haberlas las hay)
En un principio las meigas eran consideradas simplemente como mujeres con poderes mágicos. A menudo se las relacionaba con curanderas o consejeras, que elaboraban brebajes con hierbas y plantas para sanar a los demás. Eran las sabias del folklore antiguo, a las que se acudía para pedir ayuda o consejo. Tenían la capacidad de realizar hechizos, conjuros y adivinar el futuro, dominaban la magia y las artes ocultas. Estas meigas bienintencionadas tienen su origen en la tradición celta y las curanderas druidas, que obtenían su poder de la naturaleza y la energía del mundo.
El origen etimológico de la palabra “meiga” se encuentra en el vocablo latino “magicus”.
Con el paso del tiempo, el concepto de meiga cambió radicalmente, distanciándose de esa concepción de mujer sanadora para convertirse en causa de todo mal. Empezó a asociarse a las meigas con adoradoras del demonio, que hacían pactos con el diablo para conseguir sus poderes y que incluso copulaban con él. Representaban el pecado y la maldad, lo que casualmente tiene mucha relación con la extensión y radicalización de la fe cristiana y con la demonización y subyugación de la mujer ante dicha corriente religiosa.
Lo general es que la gente las tema y rechacen, especialmente en aquellos municipios de mayor influencia cristiana, pero a menudo han sido consultadas para pedirles consejo, protección o curación. La envidia y rivalidad de los médicos y la iglesia con las curanderas llevaban a que fueran a menudo acusadas de brujería, con falsas acusaciones y pruebas absurdas. La crédula población analfabeta era rápidamente manipulada por los acusadores que aprovechaban su miedo y superstición. En algunos casos, los mismos vecinos que antes recurrían a los remedios y predicciones de estas mujeres, después las denunciaban y acusaban fervientemente.
Tipos de miegas
Chuchonas: chupadoras de sangre que prefieren atacar a niños, cuanto más pequeños mejor, pues también aprovechan las partes blandas y el tejido adiposo de su cuerpo para sus pócimas y brebajes. Estas siniestras brujas se presentan con diferentes disfraces ya que pueden transformarse en personas o animales a su antojo.
Marimanta: es la versión gallega del hombre del saco, una bruja con aspecto de anciana andrajosa que secuestra a los niños por la noche y no se los vuelve a ver. Se presenta por la noche en la puerta de las casas y si no se le da la limosna que demanda, vuelve en la madrugada para llevarse a los niños por la falta de caridad. En otras versiones embruja a los niños causándoles daños cerebrales, en estos casos se la conoce como Lurpia.
Feiticera: habitan en lagos y ríos, aunque su aspecto es el de una anciana el mito recuerda a las sirenas, pues atrae a los hombres y muchachos con su hermoso canto para que se aproximen al río, siguiéndola hasta morir ahogados. Para evitar su hechizo el único remedio consiste en colocarse una piedra de la orilla en la boca y taparse los oídos.
Damas do Castro: son brujas que viven bajo castros milenarios, en castillos de cristal. Son meigas benévolas, que atraen el bienestar y la buena suerte pero solo se presentan ante personas de condición humilde que están sufriendo o pasan un momento complicado en su vida. Se reconocen por llevar un largo vestido blanco.
Lavandeira: se trata de mujeres ancianas, de aspecto afable que acuden a las orillas de ríos y lagos por la noche a lavar prendas manchadas de sangre que nunca desaparece por un pecado que cometieron o una pena eterna por un mal parto o la muerte de un hijo. Si se encuentran con algún caminante mientras están lavando la ropa, le pedirán amablemente que les ayude a lavar la ropa. Mas hay que ser cuidadoso con la forma de ayudarla y escurrir la ropa hacia el mismo lado que ella, pues de lo contrario la desgracia recaerá sobre el ayudante y sus seres queridos.
Lobismuller: tienen su origen en la Reina Loba o Mujer loba. Deben nacer en Nochebuena, Viernes Santo o ser la séptima o novena hija de familias de hijos varones. Estas mujeres son cambia-formas con la facultad de transformarse en lobas. En algunas versiones cambian a voluntad, manteniendo el control sobre su forma lobuna y en otras ocasiones se transforman obligadas por la luna llena, que las provoca para que ataquen a todo el que se encuentren.
Vedoira: son meigas con poderes de premonición que sólo visualizan los males del futuro. Tienen una conexión especial y poderosa con el más allá, pudiendo contactar con los muertos. Se relacionan con la agoreira ya que ambas envejecen prematuramente y son adivinas, aunque esta última solo vaticina lo malo.
Cartuxeira: también son meigas adivinatorias, que obtienen su intuición de las tiradas de cartas.
Diferencia entre bruja y meiga
Lo cierto es que no puede establecerse una diferenciación clara o rotunda entre estos conceptos.
El antropólogo Carmelo Lisón Tolosana afirmaba que por bruxa debía entenderse la hechidera benévola, sabia y sanadora a la que la gente acudía en busca de protección o consejo. En cambio, para este estudioso de la mitología gallega, la meiga es una maga satánica que obtiene su poder por entregarse en cuerpo y alma al demonio.
Sin embargo, dependiendo de la región y la evolución lingüística de estos términos en cada zonas las meigas son esas mágicas curanderas, que se sirven de la naturaleza o las malvadas hechiceras que atemorizaban a los pueblerinos. Estas meigas recuerdan a las druidas celtas. Las bruxas pasan a convertirse en seres malvados adoradores del diablo y provocadoras de todo mal.
Ésta última concepción es quizá la más extendida, pues mientras las palabras hechicera y maga no tienen en sí mismas connotaciones negativas, la palabra bruja es un insulto en toda España.
10 meigas y brujas gallegas de la mitología gallega, habelas hainas
La creencia en brujas y meigas, es un pilar fundamental de la tradición oral en Galicia. Curiosamente las historias de meigas suelen tener dos vertientes, una en la que se presenta a la mujer como una sabia o bruja benévola que ayuda a sus vecinos y otra en la que se la acusa de causar todos los males del pueblo. De hecho, a menudo pasa de la primera a la segunda, acusando de brujería a la mujer que antes era consultada y valorada por sus conocimientos.
María Soliña, la meiga más mitificada, llevada al teatro, al cine y a la literatura. María habitaba en Cangas de Morrazo, donde fue encarcelada y torturada junto con otras mujeres hasta que confesaron su pecado de brujería. Juzgada y condenada por sus relaciones con el demonio, se libró milagrosamente de la horca pero fue torturada brutalmente, marcada como bruja y obligada a vestir el San Benito durante el resto de su vida.
Ana Castro, un caso similar al de María Soliñ. Fue juzgada por brujería y condenada a ser azotada, apedreada y expuesta públicamente para ser insultada y escupida por los pueblerinos. También se libró de la horca pero casi 30 años después de dicho juicio, su caso fue reabierto por un inquisidor que la condenó a ser nuevamente flagelada públicamente y esta vez desterrada de la comarca.
En ambos casos la Iglesia se apropió de los bienes de estas mujeres.
La meiga de Torbeo, Filomena Arias, fue muy conocida por las convulsiones que sufría esta mujer antes de entrar en el estado de trance que le proporcionaba poderes de curación y adivinación. Se creía que Filomena estaba poseída por varios espíritus, según algunas versiones de perros porque se ponía a ladrar durante los trances. A pesar de la ayuda prestada por Filomena a sus vecinos, terminó por asociarse su estado de trance con una posesión demoníaca, que requería de un exorcismo. Aunque éste fue practicado, sólo consiguió expulsar algunos de los espíritus o demonios que la poseían. Finalmente, fue desterrada de su ciudad natal y cuando murió su cuerpo acabó en una fosa común. Si hubiera sufrido los mismos trances siendo monja probablemente se la habría considerado una santa en lugar de una bruja.
La meiga de Triabá (Lugo). Esta meiga ganó protagonismo el año pasado gracias a un programa de Cuarto Milenio que se centró en su caso. Hace 130 años, María Fernandez, que tenía sometidos a sus vecinos a quienes lanzaba maldiciones y males de ojo, que acababan con sus cosechas y su ganado, les hacía enfermar… Toda la parroquia de Triabá se puso de acuerdo y algunos hombres se presentaron en su casa por la noche, la golpearon y estrangularon hasta dejarla medio muerta. Cuando la introdujeron en el horno, ella todavía viva les lanzó una maldición “Te quedarás sin entrañas”. Dos de los hombres fueron encarcelados, y cuando salieron de prisión el hombre al que señalaba apareció muerto en extrañas circunstancias, completamente vacío.
María Cebreira (de Corneyra), una mujer que fue apresada, acusada de brujería y tras ser interrogada y posiblemente torturada para que confesase, afirmó: “si soy una meiga”. Sin embargo, cuando en el juicio se le repitió la misma pregunta, aludiendo a las malas cosechas y las enfermedades de personas y animales, ella dijo que no era de esa clase de bruja. Que en lo que ella había sido meiga era en su afán de curar y ayudar a diferentes personas con brebajes y emplastos sanativos.
Monte das Meigas. El actual Monte Neme guardaba en su superficie un crómlech que se conocía como la Eira das Meigas, un lugar de reunión para las brujas al que acudían cada noche de San Juan. Aunque el crómlech fue demolido para la construcción, perdura la leyenda de que en dicho monumento se reunían los aquelarres de meigas, para conectar con el demonio. El diablo les encomendaba nuevas maldades y las recompensaba por su dedicación, con nuevos poderes y bacanales.
Domitila la Coja. A principios del siglo XIV, cuando Domitila ya era una mujer mayor, con fama de curandera y partera, fue denunciada por bruja y en apenas unos días, fue entregada a la Inquisición. Los mismos vecinos que habían sido atendidos por ella y agradecido sus cuidados, la acusaron de adorar al diablo y practicar la brujería. Tras ser torturada, confesó y se la juzgó por diversos crímenes, entre ellos: secuestrar y asesinar niños, elaborar pócimas con veneno de sapos y culebras y maldecir al ganado y la cosecha. Se declaró que mostraba signos en su piel de sus relaciones carnales con el demonio y fue ajusticiada en la horca, tan malherida que ni siquiera se percató de que la estaban colgando.
“Las Ritas”. En un pequeño pueblo de Orense, unas mujeres de condición humilde y gustos excéntricos realizaban ritos extraños por los que terminaron siendo juzgadas como brujas. Vivían en las ruinas de un cobertizo, con multitud de muñecas y cruces blancas colgadas de las paredes que utilizaban como amuletos protectores. Los vecinos las expulsaron de su hogar quemando toda la zona mientras dormían, persiguiéndolas después hasta los límites del pueblo.
La Mujer Loba de Figueirós. Una bruja que tenía la habilidad de transformarse en lobo y servirse de estos animales para aterrorizar y subyugar a los habitantes de toda la región. Según la historia hubo un pueblo que se rebeló contra la bruja y pillándola desprevenida tomaron su castillo. La Mujer Loba se lanzó por la ventana, prefiriendo la muerte antes que ser capturada por los seres que ella consideraba inferiores.
Las brujas de Carantoña. Uno de los mayores procesos de brujería ocurridos en Galicia que afectó a 6 mujeres, torturadas y acusadas de brujería. Se las relacionaba con secuestros de niños, muertes, maldiciones y caída de la torre de la iglesia. La particularidad de este caso es que fue la Iglesia (Santo Oficio) quien liberó a las brujas y arremetió contra el juez por las falsas acusaciones.
Mitología gallega. Creencias y seres mitológicos en Galicia.
Origen y evolución de la mitología gallega.
La mitología gallega es una de las más ricas de la península, con creencias y costumbres particulares y únicas. La cultura gallega presenta una evolución propia marcada por una profunda huella de la tradición celta.
Debido a esta influencia celta la mitología gallega se inspira en la adoración y el temor a los bosques, que eran objeto de culto así como todos sus componentes: los árboles, los animales, las aguas, las almas… toda la naturaleza era sagrada y los mayores conocedores de ésta eran los druidas. Los druidas constituyen el antecedente de las meigas y meigos, por lo que sus rituales y reuniones son similares a las de los aquelarres de brujas.
Las meigas originales eran consideradas sabias y curanderas, obtenían sus poderes de la naturaleza, de su energía y sus espíritus, y se servían de ella para guiar a los demás. Esta imagen de bruja verde y natural se asemeja más a la de los druidas que al concepto de bruja malvada que se extendió por Europa unos siglos más tarde.
El cambio en las creencias se relaciona con la cristianización gallega, que demonizó radicalmente a las brujas y modificó la opinión popular, que pasó a temer y repudiar a estas mujeres, acusándolas de todo mal que les aconteciera (desapariciones de niños, malas cosechas, enfermedades….). En este afán de protegerse de todo lo sobrenatural construyen los primeros cruceiros, símbolo característico de los cruces de caminos en Galicia.
El cristianismo se apoderó de todas las costumbres celtas y las transformó a su antojo. Uno de los ejemplos más significativos de este proceso socio-cultural es el Camino de Santiago, que tiene su origen en la peregrinación druida a Finisterre, un viaje de purificación por medio del contacto con la naturaleza, iniciación obligatoria para los aspirantes a druidas (los amdaurs).
Los megalitos druidas antaño respetados fueron también demonizados por la Iglesia Cristiana. Estos monumentos pasaron de ser lugares sagrados para la conexión de los sabios y hechiceros con la naturaleza y su magia, a ser considerados lugares de reunión de seres malvados, como las brujas y los demonios, que se reunirían allí para realizar orgías e invocaciones satánicas.
Seres mitológicos de la tradición gallega, creencias y supersticiones antiguas.
La creencia en las meigas junto con la creencia en las ánimas permanecen fuertemente arraigadas en la mentalidad gallega, que da una importancia extraordinaria a los espíritus y la vida después de la muerte. Las almas y las meigas son la base de la mitología gallega, pero hay mucho más…
El resto de componentes de la mitología gallega se asemeja más a las creencias germanas y anglosajonas que a las propias del resto de la península ibérica. Estas culturas de orígenes vikingos y celtas, son mucho más cercanas a la naturaleza, a los bosques y animales. Así entre las criaturas míticas de la mitología gallega abundan los féericos, las hadas, los mouros, los trasgos, los trasnos… también son comunes los animales mágicos como los urcos o los alicornios, y los híbridos entre humanos y animales como la mujer loba o la dama cierva. Vamos a conocer mejor a estos seres mitológicos:
- Los trasgos. No deben confundirse con los trasnos ni los tardos, pues los trasgos son los únicos bienintencionados
- Los trasnos. Son duendes diminutos y saltarines, que se caracterizan por su larga barba y su atuendo rojo. Son duendes traviesos, no malvados, que se dedican a esconder o romper cosas, siempre dentro de las casas.
- Los tardos. Al igual que los trasnos son duendes de pequeño tamaño pero mucho más maquiavélicos, obtienen su energía de las pesadillas que provocan en las personas al sentarse sobre su pecho mientras duermen. Se caracterizan por su piel verde y su boca llena de colmillos.
- Los diaños. Son duendes sátiros o burlones que adoptan diferentes formas y se divierten realizando diferentes travesuras o maldades a los caminantes. Aunque suelen ser bastante inofensivos sus trastadas pueden llevar a un desenlace peligroso, ya que juegan con el miedo y la confusión de las personas, desorientándolas o atemorizándolas.
- Los urcos. También conocidos como “Canes do Mar” son enormes perros salvajes o lobos de pelaje negro que constituyen una temida señal de mal agüero. Según las versiones pueden aparecer con cuernos en su cabeza o arrastrar cadenas desde el mar.
- Los Nubeiros: espíritus malvados que tienen un control total sobre el clima que utilizan para atacar a las personas, al ganado y a las cosechas. Son capaces de provocar tormentas, granizadas y vendavales.
- Los Mouros y las Mouras. Se trata de un pueblo feérico que habitaba en las profundidades de la tierra y que presenta una profunda diferenciación de género: los mouros son hombres oscuros y en ocasiones deformes, fuertes y rudos que se relacionan con las construcciones antiguas o piezas de orfebrería. Las mouras en cambio son hermosas hechiceras, de piel blanca y largos cabellos dorados, que se afanan en peinar cada noche. En la mayoría de los relatos se les presenta como custodios de tesoros que solo otorgarán al que supere sus pruebas. En algunas versiones las mouras son princesas vanidosas raptadas por los mouros, que no dejan de peinar sus largos cabellos en recuerdo de su pasado real.
- Las Donas. Constituyen la versión individual de las mouras, mujeres bellas y encantadas que viven cerca del agua o en antiguos monumentos. Caminan descalzas, cubiertas solo por vestidos blancos para sentarse en las orillas a peinar sus melenas con peines de oro, a la espera de que algún mortal las libere de su encantamiento. Quien sea capaz de liberarlas obtendrá un tesoro de oro.
- El Alicornio. Es la versión gallega del unicornio, un caballo blanco con un cuerno mágico en su frente gracias al cual pueden curar a los enfermos y atraer la prosperidad a quien roce. El cuerno del alicornio es una canalizador de energía mágica y simpática, muy codiciado por sus propiedades pues se cree que protege contra cualquier tipo de maldición y enfermedad, además de ser el único objeto capaz de dotar de poderes mágicos a quienes toca.
Tarot en coruña lectura de cartas con videntes y tarotistas
Tarot en Galicia. Origen del Tarot gallego.
El Tarot es una mancia (un arte esotérico) muy utilizada desde hace miles de años, durante los cuales ha adoptado diferentes formas: desde los rudimentarios grabados en piedra hasta las elegantes barajas de hoy en día. Esta disciplina constituye un conjunto de cartas con diferentes símbolos o Arcanos gravados o dibujados en ellas. El tarot fusiona diferentes simbologías y filosofías, como la numerología, la astrología, las runas y la cábala. Su función principal es describir personas y situaciones, pues es una guía extraordinaria en el camino al autoconocimiento. Además permite prever las consecuencias de dicha descripción, especialmente si la persona que realiza la tirada tiene habilidades extrasensoriales.
Las tarotistas gallegas tienen la consideración de ser de las mejores videntes de la península, lo cual no es de extrañar si tenemos en cuenta la impresionante herencia cultural y genética que han heredado de los antiguos druidas y las meigas que poblaron las tierras gallegas.
Cada día cientos de personas viajan o llaman a estos tarotistas, que han demostrado ser durante años los más certeros. En los últimos años se hicieron conocidas las consultas de tarot realizadas por videntes gallegos a jeques árabes que los elegían a ellos para buscar consejo. Pero este no es un caso aislado: poderosos empresarios y altos cargos políticos utilizan el Tarot y la Videncia como guías en sus decisiones estratégicas. De hecho, lo cierto es que la nobleza gallega solía contar, con conocimiento o sin saberlo; con consejeros que practicaban estas artes. El Tarot y las Runas eran utilizadas como consejeros espirituales de la clase superior, que recurría con frecuencia a ellos en busca de consejo.
Aunque una consulta presencial siempre resulta más personal, lo cierto es que las consultas telefónicas también son una forma eficaz y a menudo más económica y práctica, y permite a estas poderosas videntes utilizar sus dones aún en la distancia.
Videntes y tarotistas profesionales en la Coruña. Las mejores videntes gallegas
La Coruña, destaca por ser un fuerte núcleo de población que se caracteriza por su diversidad cultural y la importancia de ésta. En esta ciudad se reúnen tradiciones de diferentes países y orígenes, pues además de la tradición endémica y los conocimientos celtas, las tradiciones orientales naturalistas también ligadas a la naturaleza están emergiendo con renovada fuerza.
Así la Coruña constituye un emplazamiento único en el mundo en el que la espiritualidad se desarrolla a pasos agigantados gracias a este conglomerado cultural. Las videntes y tarotistas de la región combinan su propio legado, sus dones naturales y conocimientos heredados de los celtas, con las creencias y recursos orientales que han seguido evolucionando sin el obstáculo del cristianismo.
Resulta fundamental encontrar videntes en las que se pueda confiar, y en ello nos hemos esmerado poniendo a prueba a las aspirantes a trabajar en nuestra comunidad. Por este motivo estamos seguros de que las videntes anunciadas en nuestra página son auténticas videntes gallegas, que conocen los secretos de la magia y la naturaleza, pueden ofrecer conjuros y hechizos, ayudarte a conocerte mejor y entender tu situación y predecir el futuro.
Saben lo que hacen, su método es infalible y sus predicciones certeras. Podrás consultarlas sobre cualquier asunto que te preocupe, pedirles consultas de tarot y cartomancia, solicitar que realicen algún conjuro en tu favor y hasta podrás contactar con tus guías espirituales y tus seres queridos que ya no se encuentran entre nosotros. Las videntes gallegas también suelen ser de las mejores médiums, en gran parte a causa de las fuertes creencias arraigadas en la cultura gallega para quien las ánimas siguen siendo algo muy real y los espíritus deben ser respetados.
Magia Gallega, hechizos y protección frente a maleficios. Tarot en la Coruña
Por otra parte, los videntes gallegos en el tarot gallego son expertos en deshacer maleficios y males de ojo, sustituyéndolos con conjuros de protección o amuletos personales. Esto se debe a que en Galicia es más común que en cualquier otra región el solucionar los problemas intentando dañar por medios místicos o esotéricos a los demás lo que para las videntes se traduce en una amplia experiencia y práctica en la resolución de estos conflictos.
Nuestras videntes utilizan la Magia Blanca, repelen la Magia Negra y no aceptarán peticiones encaminadas a dañar a otros. Desconfía de aquellas que sí se presten a estas tareas pues juegan con las fuerzas oscuras y se verán antes o después influenciadas por ellas. En muchos casos son nietas o bisnietas de miegas, que ejercían como curanderas, hechiceras, consejeras y adivinas.
Además. muchas de nuestras tarotistas han estudiado diferentes ramas de la psicología pues además de tener la información adecuada resulta fundamental saber compartirla con empatía y cercanía. Gracias a ellas tenemos conocimiento de miles de casos de personas que han descubierto su potencial y su misión en la vida.
Las mejores videntes de la coruña
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Comprendemos perfectamente la importancia de encontrar una buena vidente y eso es lo que queremos ofrecerte desde nuestra página: una ayuda sincera y efectiva. Te ofrecemos opiniones y testimonios reales y esperamos que si consultas con nuestras tarotistas, te animes a compartir tu impresión sobre ellas.
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