Tarotistas profesionales la profesión la llevamos por dentro

Tarotistas profesionales son para pocas y hay que saber de tarot es algo que se puede aprender. Pero hay gente que sencillamente nació con esa vocación. Habrá quienes tendrá una facilidad mayor para leerlo o directamente nacieran con el Don de la interpretación. Pero el tarot es una herramienta que cualquiera puede aprender si lo pretende, es cuestión de desarrollar nuestras habilidades internas como la intuición, la sensación o la interpretación.

Al igual que aprendemos a dibujar, a interpretar el abecedario o aprender los símbolos del abecedario japonés, también podríamos aprender a leer las cartas. Pero claro, leer no te convierte en poeta ni dibujar en artista, el talento es fundamental.

Unas tarotistas profesionales buenas bien forjadas 

Un tarotista de vocación es aquel que tiene o a desarrollado la capacidad de la interpretación, un lenguaje compuesto por simbología y arquetipos. Tiene capacidad de relacionar hechos y acontecimientos ocurridos de manera interna o externa a lo largo de la existencia.

Consiste en un arte para el cual algunos tienen talento, son artistas de la interpretación de imágenes y símbolos. Hay quienes ese arte lo llevan dentro y les toma poco tiempo sacar a relucir su arte ante el tarot. Para ello hay que conocer y hacerse amigo de las cartas y su significado, hay un estudio formal de los arquetipos pero se debe complementar con el propio conocimiento, ampliarlo con la imaginación, saber seguir la intuición de tu corazón y tener como cualquier artista una gran creatividad. También entra en juego la inteligencia y la lógica, las experiencias personales, la observación y la vibración espiritual. Tener conocimiento de leyes universales y de cómo se rige la existencia.

Todas estas habilidades se pueden desarrollar, todos las tenemos en nosotros, podemos intuir e interpretar. Pero un tarotista experimentado, con gran conocimiento y alta vibración espiritual interpretará de una forma profunda y de elevada riqueza.

Los tarotistas profesionales ejercen gran disciplina y perseverancia, continuamente practican sus tiradas del tarot. Al igual que un futbolista entrena todos los días. Para ser buen tarotista realmente tienes que llevarlo por dentro, has de disfrutar haciendo lo que haces, has de aprender con cada lectura, con cada consultante, cada tirada eleva más alto tu vibración y tu evolución espiritual.

Como cualquier amante de su profesión se refuerza estudiando y ampliando sus conocimientos, desde el propio tarot, con toda su complejidad, hasta las leyes universales pasando por el crecimiento personal y espiritual. Un tarotista de vocación continuamente esta adquiriendo conocimientos y experiencias que pueda incorporar a su propia vida. Siempre está dispuesto a incorpora algo nuevo. Leen estudian, practican, hablan con los que le rodean, aprendiendo de las personas y las situaciones con una actitud de mente abierta.

Algunos tarotistas se sirven de rituales iniciales para enfocar la mente y los pensamientos. Una meditación lleva a la concentración y al silencio mental, dejando fuera problemas y preocupaciones ajenas al tema a consultar. Así se consigue un estado optimo de relajación y receptividad, donde se unen sus Dones, conocimientos y capacidades para crear la magia y el arte del tarot.

El tarotista comienza a ver el universo entero de forma unificada, logra ver los mensajes que constantemente están ante nosotros. Interpreta situaciones, hechos, personas, interpreta el mundo entero. Y en cada interpretación ve un espejo de sí mismo, se ve a él en las consultas de los demás, cada paso le acerca más a la esencia plena.

Es un estudioso de la vida y de su comportamiento, de los detalles más mínimos a las conexiones mas complejas.

Evolución continua con la profesión de tarotista

Teniendo en cuenta las habilidades y Dones del tarotista, los intereses y motivaciones, la perseverancia y disciplina, las ganas de ayudar y crecer hacia un bien mayor, el tarotista ejerce sobre sí mismo un continuo crecimiento personal consciente.

Sabemos que el tarot es una herramienta de lectura a través de la simbología y las leyes universales. Con él somos capaces de ver aspectos y hechos de nuestro pasado que influyen a día de hoy, ver nuestra situación actual y el hacia donde se dirige desde nuestro actual estado. De esa manera el tarot es un gran aliado en la evolución continua. Vemos los hechos y situaciones con una perspectiva amplia y directa. Así que el tomar decisiones es un aspecto en el que al tarot nos ayuda a reflexionar y comprender cualquier situación con perspectiva.

Un buen tarotista es capaz de realizar un análisis profundo y complejo de cualquier situación. Esta capacidad analítica compleja y profunda abre las perspectivas del consultante, ya sea uno mismo. Ante él se revelan todos los caminos que se abren. Cuanto mayor perspectiva y capacidad analítica mas posibilidades y elecciones de una misma situación será capaz de ver, lo cual el logro de sus objetivos aumenta conforme aumenta su capacidad.

Así mismo el tarotista capacitado con estos Dones y habilidades, aumenta sus posibilidades al realizar sus acciones con una mayor amplitud de perspectiva, una mayor reflexión y meditación. Donde es capaz de ver un mayor número de caminos que presentan. Sería como si tuvieses la posibilidad de vivir primero cada una de tus elecciones, sean las que sean, y una vez vividas volver para elegir la mas conveniente y adecuada para tu ser y su evolución personal.

El tarot y sus practicantes, se convierte en un estilo de vida. Cualquiera puede aprender a realizar una lectura de cartas, a interpretarla y sacar sus propias conclusiones de una forma meditada que le lleven a tomar una buena decisión. Pero si realmente conviertes el tarot en estilo de vida, la interpretación de las cartas en cada tirada aumenta en riqueza por profundidad y complejidad. La amplitud de posibilidades que aparecen ante ti crece junto a los conocimientos que vas integrando en tu ser, ayudándote a evolucionar desde una coherencia más real. Donde comienzas a realizar tus acciones con un objetivo mayor, un bien universal, que consiste en la propia evolución junto a la del universo.