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María medium vidente y tarotista

He ayudado a muchas personas a lo largo de mi vida. Recuerdo que la primera vez que lo hice, ni siquiera era consciente de ello. Nunca había oído hablar de las médiums ni mucho menos imaginaba que yo pudiera ser una de ellas, y tampoco había tenido nunca una baraja de cartas en mis manos y el tarot ni imaginarlo .

Fue a través de una especie de sueño, aunque estaba despierta…realmente es difícil de explicar qué fue lo que sucedió ni cómo lo supe. Así que imagináos por aquel entonces que yo apenas era una cría.

Videncia desde niña

Cuando eres niña, la gente se te acerca y te trata como a extraña porque tienes habilidades que no comprenden y, de hecho, no lo comprendes ni tú, pero ahí están. Unos te miran como si estuvieras maldecida, mientras otros te admiran como si fueses una iluminada, pero tú solo eres una niña. Yo quería jugar, quería bailar y hacer amigos en la escuela, y subir a los columpios y participar en carreras, como hacían los otros niños.

Videncia natural creo que lo llaman, porque naces con un don que no necesitas aprender, aunque los años y la experiencia te van dando las herramientas para que puedas ir controlando y dirigiendo tus habilidades hacia el terreno que deseas y así tratar de normalizar mínimamente tu vida.

Sé que hay personas que prefieren ignorar que tienen esta capacidad, pero uno no puede ignorar sus propias emociones y estas terminan ahogándote por medio de palabras que no te atreves a decir y remordimientos por incidentes o sucesos que podrías haber evitado y no supiste enfrentar. Es catástrófico cuando podrías haber evitado un accidente y no lo has hecho, o cuando sabes que una persona es infeliz y no puedes hacer nada para ayudarla, por mera cobardía.

Las videntes a menudo somos injustamente juzgadas, pero nuestra labor no es sencilla, ni cómoda. Somos personas de carne y hueso, y emociones. Muchas emociones que un día decidimos usar para ayudar a la gente que nos rodea.

Mujeres sabias en la familia

Nadie en mi familia era médium, ni sabía echar las cartas. No tengo ni idea de en qué momento el destino decidió que yo empezara esta saga de mujeres sabias en mi familia. Como tampoco sé por qué razón me tocó a mí lidiar con ello.No fue fácil, aunque a día de hoy agradezco a quienes creyeron en mí y a quienes siguieron a mi lado, aún sabiendo que las cosas a mi lado podían ser algo más complicadas.

Podría llenar cuadernos enteros recogiendo historias de personas a las que he ayudado, algunas de ellas muy cercanas a mí, otras eran desconocidas hasta que un día se hicieron grandes amigas. Ellas me enseñaron unos valores que nunca debemos olvidar y es que venimos a este mundo para ayudar a otros y dejarnos ayudar, pues solo así evolucionamos.

La baraja del tarot no lo es todo

Hay muchas personas que cogen una baraja del tarot y ya se creen que saben ver los novios que van a tener ellas o sus amigas o los grandes acontecimientos de sus vidas, pero ser tarotista va mucho más allá de eso.

Ser tarotista no es aprender a leer unas cartas, sino intuir realidades y respuestas que van más allá de lo esencial.

A mí personalmente, las cartas del tarot me ayudan a relajarme, son unas herramientas para el relax, para desconectarme de mis problemas y conectar con otros niveles emocionales. Cierto que estas cartas son herramientas a través de las cuales logro percibir detalles y acontecimientos, pero igual sin estas cartas podría hacerlo. Las cartas y el tarot no lo son todo.

Una vidente necesita desconectar de sus propias tensiones y dudas para encontrarse con esas respuestas que le demandan los otros. Es fundamental para ella sentirse bien, lo necesita por encima de todo, porque tiene una responsabilidad grande, demasiado grande a veces. Aunque, sin duda, maravillosa, la de ayudar a los demás. Yo no creo en la casualidad, así que es posible que con estas capacidades podamos ser como ángeles de la guarda para quienes se nos acercan pidiendo auxilio.

La mediumnidad nos exige alcanzar niveles de consciencia muy superiores, por lo que hay pocas personas que tengan la fortaleza y la preparación para practicarla o, al menos, para hacerla con eficacia.

Ayudando a quien lo necesita

Rosaura Gutierrez, de Extremadura, consultó con María medium, vidente y tarotista y durante un año que lleva consultando con ella, su vida ha dado un giro de 360 grados. Comenzando por su trabajo y acabando con problemas de salud que no tenían tratamiento ni diagnóstico y, por fin, comenzaron a sanar.

Marcela Gómez, de Móstoles es una señora de 50 años que encontró trabajo gracias a los consejos de María. Sus proyectos comenzaron a dar resultados justo entonces. Con suerte o sin ella, Marcela conoció el bienestar y el triunfo en su vida.

 

Maria Luisa, de Logroño conoció al que hoy es el padre de su hijo a través de una consulta con María. Antes de esta consulta, solo había conocido el fracaso y el desamor.

 

Álvaro Rodriguez Santander, es un emprendedor que nunca triunfaba, hasta que conoció las razones y trabajó para lograrlo. Hoy es un hombre reconocido en todos los ámbitos.

 

Teodoro Santiago, de Madrid, conoció la felicidad en el amor después de vivir un infierno y tras consultar y dejarse asesorar por María durante varios meses.

No importa los problemas que estés pasando, pues María ha logrado ayudar a muchas personas de toda clase y condición. Si tú también quiere que te ayude, llámala de lunes a viernes, de 10 de la mañana hasta los tres y media de la tarde. Ya verás como María no solo es vidente y echa las cartas, sino que lo suyo va mucho más allá de eso.

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